Monday 29 November 2010

Los Ángeles

Aprovechando que Lagarto no quiso visitar Los Angeles y, como yo estuve allí el finde pasado, pues me ha dado permiso para incluir este capítulo en su blog para que le quede completo (bueno, la amenaza de no volver a alojarlo en casa y dejarlo durmiendo en el table dance "Cleopatra´s" creo que también ha influido :P). Hice el viaje con mi colega Agustín, de Zumárraga, que somos frikies del basket. Aquí va la historia:

La ciudad

AEROPUERTO
Lo primero que visitamos, como en toda ciudad, es su aeropuerto después de volar en Alaska Airlines. Aquí comienza la odisea de intentar entrar en los iunaited: INMIGRACION; para un paleto como yo que era la primera vez que pisaba tierra gringa, pues infunde cuando menos respeto. Ahí que llego a un mostrador y me recibe una chica bien mona (cuando me esperaba un negrata con malas pulgas); le doy los papeles, le miro la chapita y resulta que es la agente Mellone!!! Cachondeíto de ella que si somos primos y tal (yo habría preferido ser otra cosa de ella, pero bueno...), y me da acceso después de darle mi colección completa de huellas digitales. Yo muy sonriente con sus chistecillos pero sin pasarme, que me llevan al cuarto oscuro a hacerme un tacto rectal a la mínima.

Pasado el primer control más fácilmente de lo que esperaba, llegamos a aduanas después de hacer fila media hora. En esto que ya estamos a punto de llegar al mostrador cuando veo a dos polis mirando un papel, hablando entre ellos y mirándonos a nosotros; así varias veces. Le digo a Agustín "estos nos están buscando", ni me llega a responder y se pira al mostrador dejándome solo ante el peligro. Me llama uno de los polis y me viene directamente hablando en español. La conversación sin desperdicio:
Él: Buenos días, me da la documentación? Es de España?
Yo: Sí
Él: De qué parte?
Yo: Del País Vasco, al norte.
Él: Del Euskadi?
Yo: ¿? Sí...
Él: Pero del Askatasuna ese?
Yo: Noooo (segundo tacto rectal del que me libré en media hora)
Vamos, que estamos más fichaos que el Lute. Al final me dejan entrar al país por la cara de bueno que tengo.

Allí nos fue a buscar el primo de la mujer de Agustín (Diego), que nos hizo de anfitrión y guía con su novia Denise, muy majetes ellos.

DOWNTOWN
Zona con edificios altos y calles ordenadas. Ni nos bajamos del coche. Eso sí, había un desfile a los veteranos con majorettes y todo que nos generó un buen atasco de tráfico.
SANTA MONICA
Nos fuimos a la playa a buscar a Pamela Anderson, pero resultó que estaban todas bastante más gordas, en fin, otro mito caído. Para resumir, es como en la tele: una playa bonita, casas delante de la playa muy cuidadas y el muelle lleno de bares y con el HQ de los vigilantes de la playa. Bueno, en el muelle había mucho guiri como nosotros y bastante friky; incluso unos disfrazados de superhéroes. Lo más cerca que estuvimos de ligar fue una japonesa de 65 años que me pidió que le hiciera una foto... Comimos allí unas hamburguesas y a seguir el tour.


HOLLYWOOD
El camino hacia Hollywood está bien, te suena casi todo. Resulta que pasas por la zona de Beverly Hills, Melrose place, Sunset Blvd. y tal, pero me lo esperaba más grande y espectacular. No fuimos a Rodeo Drive, donde están las tiendas más caras, porque no queríamos que Agustín se sintiera obligado a comprar un bolso de 2000 euros a su señora esposa... Fuimos subiendo unas colinas y llegamos al Paseo de la Fama.
Lo primero que llama la atención es que la acera no es muy ancha, está bastante sucio y lleno de mendigos y turistas; eso sí, las baldosas de artistas sí que están. Lo que abundan son los frikies y las tiendas raras (de bigotes postizos, de espadas samurais, de sado, de cómics, pipas para fumar...) seguidas una detrás de otra. Nos hicimos todo el paseo, ves el Kodak Theatre (donde los Oscars), las baldosas con huellas de famosos, y las baldosas de las estrellas: Lassie, David Hasselhoff, Chuck Norris; vamos, que si no eres una auténtica superestrella está claro que no te dan, ejem.


Tambíén se ve en lo alto las letras de Hollywood, como en la tele.

Como estábamos cansados, nos fuimos una terraza a tomar unas birras y ver pasar frikies (sin duda, lo mejor que puedes hacer en Hollywood Boulevard). En esto que llegan a la mesa de al lado tres elementos con pinta de heavys con Harley y se sientan al lado; empiezan a hablar en español y Agustín que va a preguntarles de donde son (yo ya estaba agarrando una botella rota por si había tangana). Resulta que eran los de SKA-P, que tenían concierto esa noche allí; vamos, pa flipar que te los encuentres allí; nos echamos unas fotos con ellos, muy majetes la verdad, pero con pinta de tener la sangre bastante contaminada...
Nos íbamos porque se hacía de noche (eran las 16:30). El atardecer en Hollwood Blvd o Sunset Blvd merece la pena, muy chulo.

NOCHE
No hicimos nada malo, tranquilos; nos fuimos con Diego y Denise a cenar una pizza de unos 5 cm de grosor, con un filete encima de carne picada de otro centrímetro. Y nos preguntamos porque están gordos los gringos??? Con tanta asiática, a mí que me gustan todas ellas, pues muy buenas vistas. Entretanto, Denise me intentaba concertar un matrimonio con una amiga suya...

OUTLETS
La mañana siguiente nos fuimos a una zona con outlets, que merecen la pena para comprar ropa de marca. Yo como tengo talla infantil, pues mucho no encontré; Agustín salió con un carro del Eroski lleno (qué duro es ser padre).

LITTLE TOKIO
Una cosa bonita en LA es que tiene muchas pequeñas ciudades con cosas típicas de la gente que se agrupa allí (Little-Tokio, Chinatown, la zona etíope, la zona armenia, la zona koreana...). Son igual que en sus zonas de origen y, si eres de fuera, casi imposible que te alquilen una casa allí. Curiosa mezcla de guetos integrados en la ciudad, pero bien llevado. Pues eso, que en Little Tokio había muchos japos y nosotros. Comimos en un japonés MUY bueno; yo pescado crudo a ver si pillaba Anisakis.


LAKERS
Por la tarde teníamos la razón del viaje, el partido de los Lakers contra Phoenix. Allí estuvimos viéndolo y bebiendo birras; al comenzar el partido es donde te das cuenta que los americanos son los mejores en el mundo del espectáculo. Para no aburrir a los que no les gusta el basket, decir que el Staples Center (Grapa Arena) es así como más del doble del Buesa, lleno de gente y con un partidazo; eso que tienes que hacer una vez en la vida. Después de esperar tanto este momento, lo primero que me vi obligado a hacer fue visitar los baños debido a un apretón; me llamó la atención que hasta los baños fueran morados, qué tíos (ver foto).



La gente
Lo primero que te llama la atención de Los Angeles es que el 60% son latinos, el 25% asiáticos (japos, koreanos y charlies en su mayoría) y luego pues ves algún blanco y algún negro. Nosotros nos alojamos en East LA, que era como estar en México. Los coches nuevos son orientales o europeos, a estos yankis se les está viniendo abajo el imperio.
En la ciudad abundan los mendigos, los frikies y los turistas, combinación extraña pero divertida.

Lo que he aprendido
Que puedes ir tan tranquilo por los states solo con español. Aunque como soy un tío que se integra, yo con english.
También que en día y medio ves LA de sobra, como consejo.

Lo bueno
El partido de los Lakers, sin duda. Y la terraza del Hollywood Blvd por la que pasaron cientos de frikies (llegaron a pasar hasta 5 tíos con bigotes y patillas postizas en distintos momentos); se ve que esa tienda vendía mucho.

Lo malo
Te das cuenta que US está bastante peor de lo que puedas pensar; de hecho, se parece bastante más a México que a Europa. Mucho mendigo, mucho curro absurdo por hacer algo, gente con problemas mentales abandonados en la calle, y una sensación de país en decadencia. Si en Europa las vamos a pasar putillas, estos más; les salva que se gastan hasta lo que no tienen y son muchos.

El personaje más friky
Caminando por Hollywood Blvd llegué a pensar que nosotros podíamos ser los más frikies por ser los únicos "normales". Eso hasta que apareció un tío de unos 67.5 años, con shorts vaqueros, una camiseta de rejilla que dejaba ver todo, y una sonrisa de que le acababan de apretar las kakas... La verdad que ha tenido el título peleado con una prostituta drogada que se cayó al lado nuestro desde sus tacones cuando iba con un cliente y dos tipos que gritaban por la calle lo bitch que era la novia que les había dejado... Y no acabaría...

Miscelánea
Ugarte, en qué coño consiste esta sección? En blanco se queda.

Wednesday 24 November 2010

La costa Oaxaqueña

Ya llegó este post, con un poco de retraso, pero es que siempre aparecen cosas más interesantes para hacer, como por ejemplo nada.

Puerto Escondido
Para llegar a la costa de Oaxaca desde la ciudad de Oaxaca hay dos vías directas y otra dando rodeo (aunque por una carretera mejor). Yo decidí llegar al oeste, porque luego según me dirigiese al este iría recorriendo todos los pueblecitos. Así es com ollegué a Puerto Escondido.

Puerto Escondido es un pueblo de pescadores reconvertido a pueblo turístico. En el pueblo se distinguen tres partes: el pueblo, por encima de la carretera principal; el pueblo turístico, dos calles entre la carretera principal y  la bahía; y el pueblo de surfistas, surgido a lo largo de la playa de Zicatela, la de los surfers. Asimismo el pueblo tiene varias playas, la de Zicatela y  Bacocho en mar abierto y por lo tanto poco aptas para nadar y el resto en bahías, por lo que son mas apropiadas si se quiere nadar o hacer snorkel.

El primer día fui a la playa de Manzanillo, porque la playa Principal recibe unas aguas de una "laguna"un poco desagradables y además tiene muchos botes y barcas. La playa de Manzanillo está en una bahía, junto con la playa de Puerto Angelito. En la playa no hay casas y entre las palmeras de la orilla se encuentran algunos bares donde tomar algo o refugiarse del sol bajo en las tumbonas que tienen bajo las palmeras. La verdad es que esta playa es la que más merece la pena de las que visité. A pesar de que a mí me gusta mucho tomar el sol de doce a dos, para aprovecharlo bien y ponerme bien moreno, en esta ocasión fui tempranito, a eso de las siete y media. Te das un baño, te secas y a eso de las nueve vas al pueblo a desayunar un licuado de coco con plátano. Luego pasas el día dando un paseo, haciendo la colada o tumbado en la hamaca del albergue hasta que a eso de las cuatro de la tarde decides ir otra vez a la playa.
Esta vez fui a la playa de Zicatela. Siguiendo los consejos que se ven en varias partes (guía, oficina de turismo, lugareños) no me bañé, pero el atardecer es espectacular.

La segunda mañana decidí probar la playa de Carrizalillo. Tenía muy buena pinta, pero estaba abajo de un acantilado y por lo tanto a las horas que fui yo todavía estaba en sombra, así que decidí volver a la playa del día anterior. Tras el baño y tomar un poco el sol agarré el autobús a Zamunte, como a eso de las once de la mañana.

La verdad es que de las dos noches que pasé en Puerto Escondido sobraba por lo menos una, y la otra me lo pienso porque la playa de Manzanillo estaba muy bien, pero por lo demás es un pueblo lleno de guiris que buscan hacer surf y fiesta. Con la única persona que mantuve una conversación algo prolongada fue con un asturiano que llegó a México desde Colombia para un mes y llevaba casi un año. Tenía un amigo italiano que le había pasado algo parecido; al parecer México engancha... Para la visa me contaron que no hay problema, que cuando se te empiezan a terminar los seis meses haces una excursión a Guatemala y al volver tienes otros seis meses. Yo de momento no he decidido quedarme, aunque no descarto volver.

Mazunte
Hacia el este de Puerto Escondido hay una serie de pueblecitos costeros muy frecuentados por mochileros: Mazunte, San Agustinillo y Zipolite. Para llegar a Mazunte desde Puerto Escondido hay que coger un autobús a Pochutla; este autobús no es de largo recorrido, sino una especie de autobús urbano, pero interurbano. A mitad de camino, a la altura de Santa Elena había un bloqueo en la carretera hecho por los lugareños para protestar por una nueva autopista que están haciendo. Así que en Santa Elena había que bajarse, andar unos 100 metros y coger otro autobús que estaba esperando al otro lado. Por el camino te cruzas con los mochileros que van en sentido contrario y con las señoras cargando con sus bolsas de verduras. Los lugareños se dieron cuenta de la jugada y a los pocos días hicieron otro bloqueo un poco más adelante. Afortunadamente yo ya había pasado.

En el autobús me senté atrás del todo, junto a una pareja que hablaban en inglés, y luego en medio se sentó un mexicano. El mexicano me empezó a contar la historia del bloqueo, y entonces intervino el tipo de la pareja, Eddy, que resultó ser venezolano nacido en Nueva York y afincado en Puerto Escondido, por lo menos temporalmente ya que puede trabajar desde casa. La chica era Lin, su ligue de Puerto Escondido, una Noruega estudiante de filosofía que estaba haciendo un curso de tres meses. Los dos se iban a pasar el fin de semana a Mazunte, así que al llegar al cruce de San Antonio nos bajamos del autobús. Aquí se supone que teníamos que agarrar un colectivo, pero un taxista se ofreció a llevarnos por cuarenta pesos así que por no esperar veinte minutos aceptamos su generosa oferta, que nos salía poco más caro que el colectivo.

En Mazunte ellos se quedaron en la Posada del Arquitecto, pero a mí no me convencían los dormitorios compartidos y me fui a la posada del Agujón, justo enfrente. Ahí me quedé en un cuarto individual con baño privado y cama con mosquitera por 120 pesos al día. Aunque estaba bien tenía dos peros. Primero que no había mosquitera en las ventanas y por lo tanto el cuarto se llenaba de mosquitos, y segundo que la seguridad era bastante escasa. Había un candado en la puerta, pero las ventanas se habrían con simplemente empujarlas. Estuve pensando en mudarme a la Posada del Arquitecto, a una estrella (unas camas colgantes con mosquiteras que tenía por setenta pesos) cuando descubrí la Posada de Memo. Como ya había pagado tres noches en el Agujón no me pude mudar a la Posada de Memo hasta el cuarto día, pero ahí tenía una pequeña habitación individual con baño privado, mosquitera en las ventanas y en la cama en una pequeña cabaña en el jardín de la casa de Memo, y todo por sesenta pesos la noche. Bastante recomendable. La única pega era que la ducha de mi cuarto no funcionaba muy bien, pero como la habitación de alado estaba libre me duchaba ahí. De todas formas, si volviese en el mismo plan me plantearía las estrellas, porque es sin duda el albergue con más vidilla.

Pero estoy hablando mucho de las posadas y todavía no he contado nada sobre el pueblo. Mazunte es un pueblecito que tiene una calle principal, la carretera, a unos quinientos metros de la playa, y cuatro calles (empedradas recientemente con muy buen gusto) que van de ésta a la playa. Casi todas las cabañas tienen tejados de palma y se integran muy bien con el medio. Yo veía Mazunte como un camping mediano en el que en cada parcela había un restaurante o bar, una posada o una casa casa familiar. Era muy chido. Además como estamos en temporada baja, no había mucha gente y todo era más barato. Claro que también tiene sus inconvenientes, y algunos de los pocos restaurantes que había no abrían al mediodía, o se quedaban sin existencias. Pero en Diciembre se debe de llenar de mexicanos que van a pasar las vacaciones de navidad ahí, y hacen fogatas en la playa y el pueblecito se llena de ambiente, aunque yo creo que entonces perdería parte de su encanto.
La primera tarde la pasé en la playa, y luego fui con Eddy y Lin a una fiesta que había en un albergue con el motivo de que cambiaban de dueños. En la fiesta tocaba un grupo en directo y cuando terminó una chica hizo cariocas (poy) con fuego. La verdad es que la fiesta no estaba muy animada, y como para mí las once de la noche ya empezaba a ser tarde me fui a dormir y les dejé ahí a Eddy y a Lin. Al llegar a la cama comprobé por qué la fiesta estaba casi vacia; en el bar de al lado del Agujón había una fiesta en la que parecía que la gente se lo pasaba muy bien. A las cinco de la mañana me desperté porque era el momento del after y pusieron música chumba-chumba a tope. Bueno, no se puede acertar siempre.

Zipolite
El Domingo fui con Eddy y Lin a pasar el día a Zipolite. Para ir a Zipolite hay que agarrar un colectivo, que no es mas que una camioneta con bancos en la parte de atrás y con un toldo verde en el que te montas. Si los bancos van llenos pues te quedas de pie, y si no cabes, pues viajas colgado al estilo de los basureros. El viaje dura unos diez o quince minutos y cuesta cinco pesos. Mi idea inicial era estar un par de días en Mazunte y luego ir a Zipolite a pasar otros dos o tres días. Sin embargo visto el precio del viaje y tras pasar el día ahí me decidí por quedarme en Mazunte. Zipolite consta de una única calle a lo largo de la playa; sin embargo aquí no se integran tanto con el medio y en medio de la playa hay un edificio de ladrillo color rosado que rompe el encanto del lugar. Además la playa, famosa por ser la única playa nudista de Mexico, no es recomendable para bañarse, aunque si para hacer surf. En el extremo occidental de la playa las holas son bajitas, as'ique nos bañamos ahí; en cuanto entras al agua notas una corriente muy fuerte que te lleva hacia un lado de la playa. Luego nos bañamos en mitad de la playa. aunque las olas son grandes, rompen como a unos cien metros de la orilla. En estos cien metros no pasa de cubrir de la cintura, pero la corriente, que deja en ridículo a las resacas del Cantábrico,  sigue estando presente. De echo había olas que iban y luego olas que volvían.

En esta playa pasamos el día, como a mí me gusta, de doce a dos aprovechando el sol a tope. A pesar de que me embadurné de crema me quemé un poco los hombros. Para comer pasó una señora vendiendo pescadillas, una especie de tacos pero con pescado. Estaban muy buenos, pero un poco picantes. A eso de la mitad de la tarde apareció Ryan y su ligue Noruego, a la que llamaremos Katrhina (aunque creo que no era así). Katrhina era amiga de Lin, y estaba haciendo el mismo curso que Lin. Ryan es un bombero canadiense que trabaja en verano y ahora se iba a de viaje desde México hasta Colombia. Se supone que yo volvía solo a Mazunte, porque Eddy y Lin se iban a Pochutla para coger el autobús a Puerto Escondido, pero como Ryan tenía que coger el equipaje del hotel volvimos todos juntos a Mazunte. Y menos mal, porque como nos quedamos a cenar en Zipolite, se nos hizo tarde y perdimos el último colectivo, así que tuvimos que agarrar un taxi que de otra forma hubiese tenido que pagar solo. Por cierto, que no era muy tarde; esto sería a eso de las siete y media de la tarde.

Excursión en barca
Para el lunes por la mañana había contratado una excursión en barca por las costa. La excursión empieza haciendo una visita a Punta Cometa desde el mar, luego se adentra en el mar hasta que empiezan a aparecer las primeras tortugas marinas. Son muy graciosas. Siguiendo un poco más mar adentro vimos unos delfines que se pusieron a jugar con la barca. Como había marejada no se veían muy bien, pero así tuvimos mucha suerte, porque otros grupos no los vieron. También nos dijeron que era época de ver ballenas, pero que con la marejada no podíamos ir a verlas. Una pena.  Lo que si que hizo uno de los pescadores es tirarse a por una tortuga y luego el resto nos bañábamos cogidos a la tortuga. El truco es que la tortuga tenga la cabeza hacia arriba, porque como le des la vuelta empieza a nadar hacia abajo y no le ganas. De todas formas por si acaso el pescador no la soltaba.

Tras nadar con las tortugas fuimos a visitar las playas de Zipolite y San Agustinillo, desde el mar las dos, y la Piedra Blanca, una pieddra en medio del mar que es refugio de aves marinas. El color de la piedra no es natural, es por los excrementos de las aves.

Al final nos dejaron unas aletas y unas gafas para hacer snorkel. Yo no había usado nunca aletas y me sentía un poco incómodo; yo creo que me molestaban más que ayudar. Supongo que tendré que aprende a usarlas para la próxima vez. La excursión terminó al cabo de tres horas, ayudando a los pescadores a sacar la barca del agua.

Visita a Pochutla
Tras la excursión, a eso de las doce del mediodía, fui a Pochutla para sacar dinero y con la intención de pasar el día. En el colectivo me encontré con Ryan, que perdió el autobús a San Cristóbal de las Casas (Chiapas) la noche anterior. En el mismo colectivo viajaba Jordi, un catalán que tenía intención de ir a Puerto Escondido, pero tras mis comentarios se decidió por ir directamente a San Cristóbal de las Casas. Mientras ellos sacaban los boletos de autobús yo fui a sacar dinero y en el camino pude comprobar que en Pochutla no merece la pena pasar más tiempo del imprescindible. Me reuní con Jordi y Ryan y volvimos a Mazunte (su autobús salía a la noche y tampoco querían desperdiciar un día en Pochutla).

En el colectivo a Mazunte fue donde conocí a Memo, el dueño de la Posada Memo. Quedé con él en visitar la posada después de comer, para ver si me convencía. Jordi se bajó en la playa La Bermejita, y yo fui a comer con Ryan. Después de la comida nos separamos, él fue al ciber-café y yo fui a ver la Posada de Memo. Tras decidir que al día siguiente me mudaba, fui a visitar la playa de La Bermejita.

Playa La Bermejita y Punta cometa
En esta playa solo hay muy pocas cabañas, la mayoría privadas, da a mar abierto y, por lo menos ese día, había mucho viento, de este que levanta la arena y pica en las espinillas. De aquí fui a Punta Cometa, a ver la puesta del sol. Aunque dicen que es de los mejores sitios para verla, ese día había nubes en el horizonte, así que me quedo con la de Zicatela. Eso sí, había mucha gente viendo el espectáculo, y de camino al pueblo empecé a hablar con una pareja de México DF. Me dijeron un montón de cosas para hacer en Chiapas además de las típicas, aunque luego resultó que estaban todas en la guía Planeta Solitario. Aún así me dijeron cosas interesantes, y puede que haga alguna de esas cosas menos típicas. También me comentaron que la víspera había habido una gala de circo en el centro cultural Luna Nueva que me perdí. En la cena conocí a Patrick, un suizo que está viajando desde México hasta Colombia. Hablaba castellano, que aprendió en viajes anteriores por Sudamérica. Él también me contó que había visto la gala de circo. Creo que la vio todo Mazunte menos yo. Decidimos ir a ver si había algo en el centro cultural, pero ese día tenían fiesta.

Playa Ventanilla
A la mañana siguiente,martes, madrugué para ir a un "yacuzzi" natural que había en punta cometa. La pena es que cuando fui había marea alta y las olas entraban, así que no era tan yacuzzi. Como había que bajar por un camino de cabras decidí que no merecía tanto la pena como para volver. de vuelta en el pueblo volví a coincidir con Patrick. Le dije que al día siguiente quería ir a la playa de Ventanilla y me dijo que él iba con Hugo, un mexicano que acampaba en su albergue (si, aquí en los albergues puedes alquilar una habitación, una hamaca o una parcela para la tienda de campaña). Me uní a ellos, y fue una suerte porque Hugo tenía coche, así que me olvidé de los colectivos por un rato.

En playa Ventanilla, además de ser una playa, hay un centro de eco-turismo. Al lado de la playa que no tiene mar hay una laguna con una isla, y la actividad consiste en dar un paseo en barca por la laguna y desembarcar en la isla para ver un mini-zoo. En la laguna vimos un cocodrilo, bueno, más bien los ojos de un cocodrilo, y una iguana que estaba en un árbol. También había algún ave autóctona, pero para mi no dejaba de ser un pájaro. En el zoo había tejones, un zorro gris, un mono araña y crías de cocodrilo. También vimos un par de cocodrilos, que aunque estaban en libertad, estaban descansando en la orilla de la isla. La verdad es que para estar a solo unos metros de ellos y separados por una valla de madera que no suponía ningún obstáculo a los reptiles estaba bastante tranquilo. Supongo que estar en un zoo daba una falsa sensación de seguridad, porque si me los encuentro en otro sitio no duro ni cinco segundos ahí. De todas formas estaban quietecitos y no se movían mucho.

Tras la visita al zoo nos tomamos un refrigerio en un bar que había en la isla. Hacía mucho calor, así que me apetecía algo refrescante, y como había coco pregunté sí me serviría. Me dijeron que sí, que era muy refrescante, pero se les olvidó añadir la aclaración de que cuando está frío, porque templado y con lo dulce que es yo creo que me dio más sed. Para servir el coco le hacen un agujero con un machete hasta llegar a la carne. Por ese agujero le ponen una pajita y cuando te bebes el líquido devuelves el coco para que le quiten la corteza y te comes la carne. Una pareja de mexicanos que estaban haciendo al excursión con nosotros me dijeron que el coco se solía comer con una salsa picante y con limón. Yo probé pero no me convenció mucho, así que me comí el coco al natural. Me jarté de coco y aun así sobró.

Por la noche volvimos a Playa Ventanilla para ayudar a liberar tortugas al mar. Como las tortugas están en peligro de extinción, se les ayuda para que tengan más probabilidad de sobrevivir. Alrededor de los nidos se pone un redil para que cuando nacen las tortuguitas no se las coman los cangrejos y los perros. A la noche se recogen todas y se les suelta cerca del mar para que tengan que recorrer menos distancia y así lleguen menos cansadas. No se les puede soltar directamente en el mar porque tienen que reconocer la arena para ser capaces de volver cuando tengan que anidar. Era muy gracioso ver como se movían todas, avanzando con dificultades para que llegase una ola y las devolviese al punto de partida, y encima panza arriba. Aquí también, para que no se cansasen les ayudabamos a darse la vuelta, porque aunque las tortugas grandes no son capaces de darse la vuelta si están sobre el caparazón, las crías si pueden. Así que a partir de ahora mucho ojito con tirar bolsas y globos por ahí, que tengo unas ahijadas a las que les puede sentar mal.

San Agustinillo y el centro de las tortugas
El  miércoles y el jueves no hice gran cosa; a la playa por la mañana y por la noche quedaba con Hugo y Patrick. Durante el día el miércoles visité San Agustinillo y el jueves el centro de la tortuga. San Agustinillo es un pueblo un par de kilómetros al este de Mazunte. Aunque hay colectivos que te llevan ahí, se puede ir andando dando un paseo. San Agustinillo es más pequeño que Mazunte, pero a mi me pareció que tenía más restaurantes y negocios. La verdad es que podría ser una alternativa a Mazunte.
El centro nacional de las tortugas es un acuario de tortugas. Hasta la prohibición total de la caza de tortugas en México, los pueblos de esta zona vivían de la pesca de tortugas. En el proceso de reconversión de la actividad económica al ecoturismo, se creo este centro, donde además de mostrar las diferentes tortugas que hay en México (tanto terrestres como marinas) se acoge y se cura a tortugas que llegan. La verdad es que después de haber nadado con tortugas en mar abierto y de haber ayudado a las tortuguitas a llegar al mar, esto se queda un poco flojo. Pero ya digo, que con lo barato que son aquí las cosas me voy a gastar más que en Estados Unidos.

La gala de circo
Una tarde me pasé por el centro cultural Luna Nueva y me dijeron que el jueves a la noche iba a haber otra actuación. Aunque mi idea era irme el jueves, decidí quedarme un día más para ver esta actuación. Además igual me dejaban unas mazas para colgar la tan solicitada foto. Lo siento, pero no hubo mazas. La actuación corría a cargo de una compañía asentada en Mazunte y de una compañía española que esta de gira por México. Algunos estudiaban en Karampa, y por supuesto que conocían a Jaxenolaf y sobre todo al ex-representante en la EJA.

La actuación estubo muy bien, sobre todo un número en el que juntaban telas con una barra vertical. También hubo trapecio, rulo, malabares y clowns, con los que me reí mucho. La verdad es que mereció la pena quedarse un día más.

Lo mejor
Para ser un sitio ideal para no hacer nada, en Mazunte hay bastantes cosas para hacer. De todas formas, también hay tiempo para no hacer nada. Los días allí básicamente eran baño en la playa por la mañana, desayunar un licuado de coco y plátano, esperar a que llegase la hora de comer leyendo en alguna hamaca, bañito en la playa por la tarde y tomar un par de cervezas a la noche esquivando a los mosquitos. Luego prontito a la cama para retomar energías para el duro día que esperaba al día siguiente. Aquí el día tiene más o menos doce horas, y la noche otras doce, amanece a eso de las seis de la mañana y anochece hacia las seis de la tarde. Lo mejor es adaptarse a este horario y comer hacia las doce o una y cenar para las siete; o por lo menos es lo que hacia yo, así que para las diez estaba en la cama casi todos los días.
Lo peor
Los mosquitos son un bastante molestia, pero entre la mosquitera y el anti-mosquitos se lleva bastante bien. También es recomendable llevar pantalón largo a la noche, aunque no apetezca por el calor.
De todas lo peor es que tiene pinta de que los tres pueblos de la zona tienen pinta de convertirse en unos años en otro Puerto Escondido. Están construyendo una autopista que va a la zona, y ya se empiezan a ver casas que desentonan. También están arreglando mucho las calles, así que para el año que viene estará muy bien, pero espero equivocarme y que dentro de unos años siga igual.
Lo que he aprendido
En México los negocios funcionan algo distinto que en España. Para empezar tienen una línea directa con el banco; en cuanto les pagas algo ese dinero entra en un tubo de vacío y se dirige automáticamente a la caja fuerte del banco. Es la única forma de explicar que nunca tengan cambio. Están tan acostumbrados a esto, que si sacas tres mil pesos de un cajero te dan treinta billetes de cien en vez de cinco de cien y cinco de quinientos. Creo que mi cartera hubiese engordado más si me dan sesenta billetes de cincuenta. Bueno, así tengo menos problemas con el cambio.
Pero dejando aparte el tema del cambio, los negocios aquí tienen una finalidad diferente a la tradicional (por lo menos desde el punto de vista europeo). Allí si abres una tienda es porque te quieres forrar, y para ello tienes que vender algo. Cuantas más unidades vendas, más te forras, así que procuras tener un stock suficiente. En México no. En México el objetivo es sacar el dinero suficiente para comer al día siguiente, así que no os sorprendáis si vais a un bar porque han anunciado una gran fiesta con música en directo y a la hora y media se quedan sin cerveza. Ya está, ellos ya han sacado para comer al día siguiente, ya no necesitan vender más. Los negocios se montan para satisfacer las necesidades de los dueños, no las de los clientes.
El personaje más friki
Vamos a seguir con el tema de los negocios. En México al menú del día se le llama corrida. Es una forma barata de comer comida típica. En Mazunte sólo hay un bar que ofrezca comida corrida, por lo menos en temporada baja, así que el primer día fui a comer a ese bar. El menú, por cuarenta pesos, era el siguiente:

  • Sopa de pasta
  • Arroz
  • Frijoles
  • Ensalada
  • Aguas de fruta (esto es la bebida del menú, zumo de alguna fruta mezclado con agua. Muy rico y refrescante, sobre todo la de sandía. Según donde la tomes te puede venir para lo que ya sabes...osea, cagar, que esto no es el anuncio de los yogures).
  • A elegir entre milanesa de res, pescado frito o filete de pescado.
Según entro al bar (es una forma de hablar, porque los restaurantes son más bien porches) se acerca una niña de unos doce años. Resulta que es mi camarera. Le digo que quiero comida corrida y me dice que vale, pero que no hay sopa de pasta. Puedo pasar sin la sopa, pienso. Le digo que quiero milanesa de res y me dice que solo hay filete de pescado. Le digo que me haga un resumen de lo que tienen y resulta que solo tienen el filete y la ensalada. Pues vaya comida corrida... Pero lo más surrealista es que mientras mantenía esta conversación  con la niña, ésta estaba jugando, colgándose de un árbol y mirando para todos los lados menos a mí. No sabía si me estaba tomando el pelo o si había una cámara oculta o así. Otro día me tomó nota mientras bailaba con un hula hoop, pero esta vez ya no me sorprendió tanto, que es una niña y los niños hacen esas cosas.

Miscelánea
Fotos

En este post he hecho un esfuerzo especial para poner fotos, entre otras cosas porque han mejorado la interfaz para subirlas y colocarlas; ahora la foto aparece donde tienes el cursor, no al principio. Sin embargo llevo como una hora para subir cinco fotos, así que lo dejo tal cual. Es una pena, porque las tortuguitas están chidas. Mañana igual las termino de subir. O igual no.
En próximas entregas
Os contaré como no conocí al subcomandante marcos en chiapas y por qué estoy en Mérida cuando yo quería ir a Palenque.

Friday 12 November 2010

Guanajuato, Queretaro y Oaxaca

Me ha costado escribir mi primer post de México, pero ya sabéis que aquí las cosas van a otro ritmo. Así que un poco de paciencia. 

El viaje
El viaje a México empezó con un pequeño susto. Al bajarme del autobús en Los Ángeles, y tras salir a la calle, me percaté de que se me había caído el móvil en el autobús. Vuelvo corriendo y me dirijo a la chica de la taquilla. Es mexicana, así que le digo en castellano que se me ha caído el móvil en el autobús de San Francisco. "¿Qué es lo que perdiste?"- me responde. Ya empezamos con las diferencias lingüisticas, y eso que todavía no he pisado México. Le digo que el "cell phone", porque no se como dicen en México al móvil, que luego me enteré que celular. La chica ya decidió que eram ejor hablar en inglés, cosa que me pasó bastantes veces hasta que llegué a Celaya. Pero por lo menos apareció el móvil.

El resto del viaje fue sin problemas hasta que llegué a la aduana en el aeropuerto de México. Uno colecciona barajas de cartas, así que en cada ciudad que he estado me he comprado una baraja, en algunos casos dos. Así que tenía unos cuantos paquetitos ordenaditos en uno de los bolsillos del mochilón. A la del escáner le debió de parecer sospechoso, así que deciden abrirme la mochila. Deciden que que mis barajas son inofensivas, así que puedo seguir con mis planes de forrarme vendiendo barajas en el mercado negro. Se acercan ofertas; precio de salida mill euros por baraja, que si no no hago nada.

Pero mis anécdotas con la aduana no terminan ahí. Al desempacar la maleta me encuentro con un papelito de una agencia estadounidense en el que me informan de que me han inspeccionado la maleta. Menos mal que no tenía candado, porque te avisan de que no son responsables de los posibles candados que hayan tenido que romper para lograr sus objetivos. Ahora entiendo porque en los aeropuertos venden candados aprovados por la TSA.. Son candados que se pueden abrir sin la llave; muy útiles.

Celaya
Para llegar a Celaya tenía que agarrar un autobús a Queretaro. Estos autobuses se abordan directamente en el aeropuerto, asñi que son bastante prácticos. Era un autobús de lujo, así que después de los autobuses en los que he estado viajando en Estados Unidos a uno le choca; ¿no era estados unidos el país avanzado?. Eso sí, para subir al autobús te hacen un control más exhaustivo que para subir a un avión. Hasta te graban en vídeo.

Cuando legué a Queretaro estaba esperandome Lalo para llevarme a Celaya con su auto. Queretaro (realmente la ciudad es Santiago de Queretaro, pero nadie la llama así) es la capital del estado de Queretaro. Y Queretaro es un estado que está al sureste de Guanajuato, estado donde está Celaya. En coche se tarda unos cuarenta minutos. Esto es para que vayáis conociendo algo de la geografía de México.

En Celaya no he hecho gran cosa. El primer día era el día de los muertos (2 de noviembre), así que Lalo tenía medio día libre. Aprovechamos para que me enseñase la fábrica, a donde fui en taxi. Aquí fue cuando puse los pies en el suelo y me di cuenta de la realidad de México. El auto era bastante cochambroso. Yo creo que andaba a pedales.

Después de la visita guiada a la fábrica (no hay nada como visitar fábricas con un buen guía)  fuimos a comer a San Miguel de Allende, un pueblecito muy turístico y bastante chulo, de esos que se visitan en un par de horas.  Aquí teníamos intención de comer carne, que debe de ser de muy buena calidad. Pero tuvimos la mala suerte de entrar en un restaurante especializado en peces y crustáceos. Ya probaré la carne en otro momento.

El miércoles y el jueves me dediqué a no hacer nada (bueno, ver NFL), que uno echaba de menos estar tumbado en un sofá sin tener que visitar nada, ni escribir un blog ni cosas de esas. Hubiese estado bien estar tumbado en la hamaca, pero es que hacía frío. Sí, sí, por la noche bajabamos a menos un grado, y aunque por el día subía hasta veinticinco, por la mañana seguía haciendo fresco.

El fin de semana, aprovechando que Lalo no trabajaba, si que hicimos cosas. El viernes fuimos a visitar Queretaro, un pueblo de esos que se ve en dos horas, solo que como fuimos a una discoteca pues nos quedamos algo más. La discoteca muy chula. Nada más entrar un camarero te pregunta si quieres barra o mesa. Si le dices que mesa te situan en una mesa con un par de banquetas y el camarero está todo el rato pendiente de tí. Te sacan una botella de ron y unas cocacolas y te van haciendo los cubatas... Además en la discoteca de vez en cuando subía un grupo; música en directo con dos cantantes muy buenas. Una forma diferente de ir a una discoteca.

Para continuar bien el fin de semana el Sábado fuimos a comer a una sociedad. Tenían frontón y todo, así que si me dices que estoy en un pueblecito vasco me lo creo. Ahí conocí a unos cuantos vascos. El que menos llevaba nueve años en México (bueno, quitando Lalo). Me hicieron un recibimiento curioso: beber tequila, que al parecer es típico. Tres chupitos seguidos, oíga. En ese estado no me podía ir a casa, así que nos fuímos a una discoteca que le gustaba a Daniela, una colombiana amiga de Lalo. Era una discoteca gay con mucha gente rara y un escenario en medio. Mi recuerdo de este sitio es nubloso, así que poco más puedo contar.
El domingo, afortunadamente, Agustín nos invitó a comer a su casa. Agustín es un amigo y vecino de Lalo. Nos hizo comida rica y luego vimos unas películas de temática suicida. Yo de vez en cuando abría los ojos y me enteraba de algo del argumento.

El lunes me dediqué a terminar de preparar mi viaje por México. Tras consultar la guía, algún foro y la wikitravel decidí que mi ruta pasaría por Oaxaca (la ciudad), la costa de Oaxaca (el estado), Chiapas y la península del Yucatán, osea, una mezcla de playas y piedras. Ya sabéis que lo mismo la cambio a mitad del viaje, pero lo que es seguro es que el 6 de diciembre tengo que estar en Cancún para agarrar un avión a Ciudad de México, que no me puedo ir de aquí sin visitarla.

Oaxaca
Para llegar a esta ciudad tuve que hacer trasbordo en Ciudad de México, pero no solo tenía que cambiar de autobús, sino que también de estación. Resulta que yo llegaba a la terminal norte y tenía que salir de la oriental, así que a coger un par de metros. De todas formas fue un viajecito de unas nueve horas, nada comparado con las palizas que me pegaba en los Estados Unidos.

Oaxaca es una ciudad de esas en las que paro porque está a mitad de mi ruta. Sin embargo en esta ocasión ha merecido la pena. El estado de Oaxaca es de los más pobres (si no el más pobre) de México, pero con una industria de turismo muy fuerte. Se veían mochileros y turistas por todas partes. La ciudad es de esas que se visita en un par de horas. En el centro hay una plaza (el Zócalo) con un montón de árboles que dan una sombra que se agradece (porqye aquí ya no hace tanto fŕio como en Celaya). en esta plaza también hay bastantes cafeterías y restaurantes. Aunque en el resto del centro no es difícil encontrar otros restaurantes (y probablemnte mejores), los de la plaza tienen la ventaja de poder cear en la terraza y disfrutar del encanto de la plaza, con unos cuantos mariachis tocando canciones a los que lo solicitan. 

Como siempre tiene que haber una pega, en esta ocasión es que el pollo que utilizaron para hacer la enchilada que pedí estaba pasado, no sé si en vida o en muerte, pero me ha quitado las ganas de comer pollo durante el resto del viaje.

Excursiones
Además del centro, en un radio de treinta kilómetros hay bastantes cosas para ver. afortunadamente hay infinidad de tours organizados que te llevan a estos sitios en furgonetas. Lo más típico es ir al monte Albán, unas ruinas aztecas. Sin embargo yo no pude ir a esta excursión porque hacía falta un mínimo de 4 personas, así que hice otra excursión de medio día. La primera parada fue en Santa María dle Tule donde se enceuntra un arbolito de dosmil años nada más. Comparado con otros árboles (como por ejemplo las secuoyas de California) esto noes nada. Tampoco era un árbol excesivamente alto, pero si muy frondoso, porque se trata del árbol más gordo del mundo; hacen falta unas 30 personas para poder abrazarlo.

De aquí fuímos a Teotlitan del Valle, un pueblo Zapoteca donde mantienen su idioma y famoso por las alfombras artesanales. Un paisano nos hizo una demo de todo el proceso, desde cardar la lana, teñirla, tejerla y finalmente vender las alfombras. Alguna cosilla ya vendieron. La demo era interactiva; después de cardar un poco de lana preguntó si alguien quería probar. Yo me animé y lo hice bastante bien... el ridículo. El tipo lo hacía muy fácil, pero en cuanto probé vícoo las dos palas con sus alambres se quedaban enganchadas. Por lo menos me libre de ser el "afortunado" que experimentaría los tintes. Nos enseó como se obtenían los tintes verdes de un musgo y los rojos de un insecto, la chinchilla. Laparte interactiva consistía en hacer el tinte en la palma de la mano de un observador, que se llevaban una bonita palma colorida de recuerdo. A mí la cara colorada me duro unos segundos.

La última parada fue en Mitla, para ver más ruinas. Las ruinas de este enclave son únicas porque fueron realizadas por dos grupos de étnicos diferentes, así que la mitad inferior tiene una estética y la superior otra. Además como este lugar nunca fue deshabitado estaba todo bastante bien conservado... hasta que a principios del siglo XX llegó un geologo que lo dinamitó para encontrar tesoros. Para que luego digan de los conquistadores... Estos no necesitaban dinamitar nada para saquear las tumbas, así que el geólogo además de destrozar unos edificios históricos se fue con las manos vacías.


La gente
Aquí ya no me integro. Y no es que ya no pase desapercibido, es que se ve que soy vasco de lejos. Estaba cenando en la plaza del Zócalo cuando se me acerca un tipo de unos cincuenta y me dice que me siente con ellos, que también son vascos. Un guipuzcoano y un navarro que emigraron hace unos treinta años. Estuvimos hablando un rato, le pidieron una canción a un mariachi y me dijeron que mi viaje no era nada original, que es lo que hace todo el mundo.

Y es verdad. Aquí hay mucho mochilero; he conocido a una chica de Madrid que también va a la costa de Oaxaca, aunque ella luego va hacia el oeste, a Acapulco, y yo me iré al este, a Chiapas. Pero un Frances de Bretaña va a hacer algo parecido a lo que quiero hacer yo, aunque el tiene en su ruta Guatemala y yo no. Pero seguro que coincidimos en agún otro pueblo.

Lo que he aprendido
Hemos visto tantas películas de Holliwood que ya sabemos que ciudades hay en Estados Unidos, que los taxis son amarillos, que las casitas son bajas y unifamiliares, que hay gordos, y todas esas cosas que aparecen en las películas y que cuando las ves te limitas a decir "¡Anda mira!  Como en las pelis".
Pero de México no. De México no tenía ni idea de nada cuando llegué aquí, así que toca aprender ahora. Aprendo de su geografía, de su historia y de sus costumbres. También intento aprender algo de su lengua, pero me cuesta mucho. Si tenéis curiosidad por aprended estas cosas buscad en la Wikipedia, que en este blog no se cuentan ese tipo de cosas. 

Lo bueno
Después de hacer turismo en Estados Unidos, venir a México es una gozada. Todo es muy barato. Por ejemplo el albergue Paulina de Oaxaca costaba unos veinte las dos noches, mientras que en Estados Unidos pagaba unos veinticinco por un albergue por lo general bastante peor. La comida también es más barata, y aquí no me importa pagar la entrada para ver un árbol gordo porque total son treinta centimos. Seguro que con tanta sensación de que es barato termino gastando más que en Estados Unidos.

Lo malo
Con tanta noticia sobre los problemas en México, y avisos en la guía sobre problemas de robos y atracos, en el viaje a Oaxaca iba un poco intranquilo. Sin embargo tras pasear por las calles me quedé más tranquilo, aunque si que me ha quedado claro que aquí no me integro y que tengo que ir con cuidado (consejo aplicable a todo turista en toda ciudad).

El más friki
Estaba comiendo en un restaurante de una callejuela recóndita de Oaxaca, en un patio interior que aunque mantenía ua temperatura agradable no ofrecía mucho entretenimiento para aplacar mi aburrimiento. Así que pegué la oreja a la conversación de la mesa de alado donde estaban de dos estadounidenses y una lugareña. Los estadounidenses hablaban muy bien castellano (con acento mexicano), eran lingǘistas y estaban en México haciendo algún tipo de estudio sobre las lenguas de la zona.

La conversación era la típica de los idiomas y diferencias culturales cuando en una de estas uno de los lingüistas, que mas correctamente era fonetista, le pregunta a la lugareña si sabía lo que era una consonante nasal. Tras la evidente respuesta negativa le empiea a explicar que si a veces el aire sale por la nariz y a veces por la boca, pero puede que obstruyas y salga por los dos o primero por una y luego por otra, y que la eme con la a ma... Para que luego digan de los informáticos.

Miscelánea
Las carreteras
En México las carreteras son más o menos como las de allí (el más son como las de burgos y el menos pues peores). Pero aquí en concreto me refiero a las líneas pintadas. Si te fijas ves una raya en la mitad, que puede ser continua o no, y una raya a cada lado de la carretera. Seguro que estáis pensando en una carretera de doble sentido con un arcén en cada sentido, ¿verdad? Pues no. Aquí las rayas no son para dividir. Las rayas sirven de guía para acerte una idea de por donde tiene que quedar la mitad del coche. Lo normal es que dejes las líneas del "arcén" entre las dos ruedas para una conducción normal, y cuando quieres adelantar situas la raya del medio de la carretera en mitad del coche. El único problema que le veo es si dos coches que circulan en sentido contrario deciden adelanatar a la vez en el mismo tramo de carretera. Supongo que aplicarían Erlang B y vieron que era seguro en el noventa por ciento de los casos. Espero no vivir una situación del diez por ciento restante. Eso sí, no penséis que se pasan la ley por el forro, que vi una señal que recordaba que esta era la forma correcta de conducir.

Además en estas carreteras la señalización es escasa, y cuando aparece no es obligatoria, sino orientativa. Así que es normal que la gente circule sin luces por la noche, para "ahorrar" gasolina. Una cosa curiosa es que en los cruces sin semaforos no tiene prioridad el de la derecha; los dos tienen un stop y tienen que pasar uno de cada calle. Es bastante fluido. Pero por lo general da miedo, sobre todo la carretera que lleva a la costa de Oaxaca. Menos mal que estoy escribiendo esto y no me fijo mucho...

Cupo mínimo
Normalmente mi preocupación cuando quería comprar un boleto era si quedarían plazas. Sin embargo me estoy encontrando con el problema contrario, que no hay gente suficiente. El último problema me lo he encontrado al querer ir a la costa Oaxaqueña en avión. Se supoe que hay unos aerotaxis que te llevan por unos setenta euros en media hora, en lugar de las siete horas que tarda un autobús por un camino que supera a muchas montañas rusas (por cierto, a ver si el Planeta Solitario lee esto, que esa carretera estaría asfaltada,pero hoy por hoy...). Dice el capitán que no viaja si no hay un mínimo de dos pasajeros. Es curioso, porque caben tres, así que yo creo que ha tenido una buena semana y no necesitaba o no le apetecía volar. Que aquí no se trabaja si no hay necesidad. Inconvenientes de viajar solo.

El autobús a Puerto Escondido
Para ir a Puerto Escondido agarré un minibus de Service Express. Estos minibuses salen cada hora y tardan unas seis o siete horas. Yo agarré el de las nueve de la mañana porque así podía desayunar en el albergue (una tortilla mexicana bastante rica) y aun así llegar de día para buscar algún albergue tranquilamente. Sin embargo no más salimos el conductor se paraba cada cinco minutos y se ponía a revisar algo en los bajos del minibus. Cuando llevabamos una hora así nos dice que tiene una avería en la caja de cambios y que no puede pasar de alguna marcha, así que tenemos que esperar a que llegue el siguiente minibus para que nos reagarre. A ver si no llegamos muy tarde, que todavía no sé donde voy a dormir, y aunque hace calor como para dormir en la calle me han dicho que es peligroso, que los mosquitos te empujan.

Thursday 4 November 2010

San Francisco

Tras el fin de semana lluivoso y fresco en Portland, uno agradece volver al sur para ver brillar el sol en el cielo azul. Sn embargo San Francisco tiene un clima muy peculiar, los veranos son fríos y todas las mañanas hay niebla. Yo he debido de venir en una semana especial porque no he visto la niebla. Sinembargo si que he tenido un par de días con lluvias débiles.

En San Francisco tenía intención de estar 3 días y otros tres en Los Ángeles, pero al final decidí estar toda la semana en San Francisco. Total me han dicho ya varias veces que Los Ángeles no merece la pena...

La ciudad
San Francisco es conocida por su puente, por sus colinas recorridas por tranvías cable cars, y por Alcatraz. Además de visitar estas tres cosas también hay que ver las secuoyas que hay unos 15 kilómetros pasado el puente Golden Gate. Luego también tiene alguna cosilla más para hacer.
Lo que también tiene San Francisco son cosas que no hay que hacer.
  • No se le puede llamar a la ciudad Frisco. Hay que llamarla San Francisco o sino The City (La Ciudad). Aunque no dicen nada de San Paco...
  • En verano no hay que preguntar que pasa con el tiempo. Como ya he dicho, los veranos son fríos; de hecho Mark Twain dijo que el invierno más frio que pasó en su vida fue un verano en San Francisco. Es curioso, porque al parecer por los alrededores si que hace buen tiempo. El caso es que es así y hay que aceptarlo.
  • No se puede llamar tranvías (trams) o carritos (trolleys) a los cable cars. Aunque los cable cars circulan sobre vías, son vehículos mecánicos, no eléctricos. bajo tierra, entre las vías hay un cable que recorre todo el recorrido del cable car. Cuando el cable car quiere avanzar agarra el cable, cuando quiere pararse lo suelta. El cable se hace girar desde unas nstalaciones en el centro de los tres recorridos que hay.
  • No preguntar por los "Rice-A-Roni", un plato que inventó algún bar consistente en Arroz con pasta, y que se hizo bastante famoso. Sin embargo el bar ya no existe y los lugareños no se sienten muy orgullosos del plato.
  • No alimentar a las palomas. Si se les da comida se reproducen con más facilidad, y estas ratas aladas no gustan por la ciudad.
  • No dar limosnas a los mendigos. Si se les da dinero se corre la voz y vienen más, y esta gente es un problema para la ciudad.
  • No mencionar "Kool Aid" y/o "Twinkies". Yo seguí la norma y no los mencioné, así que no puedo explicar lo que son.

Golden Gate Bridge
El primer día no sabía muy bien por dónde empezar a visitar la ciudad, así que empecé a andar en dirección al Fisherman's Wharf (El muelle del pescador), un muelle que hay en el norte de la ciudad y que al parecer es famosillo. Cuando llegué a los muelles, el del pescador (que es el muelle 39) me quedaba al este, pero al oeste se veía un parque y a lo lejos el famoso puente rojo (naranja internacional para las tías). Así que pensé en acercarme un poco al parque y además también había una playa, y ya me acercaría luego al muelle del pescador. Pero ese día no tube la oportunidad. Según me iba acercando al puente sentía la necesidad de acercarme un poco más, hasta que por fin me encontraba debajo del puente. Justo encima, en la entrada al puente se puede ver una sección del cable utilizado para aguantar el peso del puente. Realmente son un montón de cables con el que hacen un cable de mayor diámetro. Era curioso.
El caso es que una vez ahí pensé que ya que estaba ahí tenía que cruzar el puente, total solo eran un par de kilómetros más. En el puente se pueden ver las cabinas de la esperanza, que ofrecen una última oportunidad a los suicidas que se acercan al puente. Las vistas de San Francisco también están bien, aunque me quedo con las vistas desde el otro puente (sí, hay otro puente).

Cuando llegué al otro lado fue cuando me paré a pensar en todo lo que había andado, y que ahora tenía que desandar si quería volver al hotel. El paseíllo me había costado unas cinco horas, y aunque había ido no muy rápido y me había parado a comer las tres horas de vuelta no me las quitaba nadie. Tenía la opción de cruzar el puente y coger un autobús que creo que paraba ahí, pero en el camino había pasado por una tienda de alquiler de bicis y me habían explicado que se podía cruzar el puente con la bici y volver en ferry. Así que decidí ir a buscar ese ferry. Al lado del puente había un pueblecito con un puerto, así que pensé que eso sería el pueblo del ferry, pero luego vi que la carretera pasaba de largo de ese pueblo.
En alguna ocasión me entraban ganas de dar media vuelta pensando que me había equivocado, pero entonces pasaba algún ciclista con la bici alquilada y entonces seguía adelante. Al final llegué al pueblo, Sausalito. Es un pueblo muy pintoresco, con un montón de tiendas de recuerdos, restaurantes y cafeterías. Parecía bastante turístico.
Tras pasar un par de horas en Sausalito cogía uno de los últimos ferrys. El ferry cruza la bahía, dejando a lo lejos el Golden Gate Bridge y pasando al lado de Alcatraz. Desgraciadamente a mitad del camino se me termino la batería de la cámara; una pena, porque con el atardecer las vistas del puente eran muy chulas.
Es una excursión que merece la pena hacer, aunque creo que mejor hacerla en bici. Además así igual tenéis tiempo de ver el mirador típico del que se hacen todas las fotos del Golden Gate Bridge, al que yo no encontré el camino (tampoco tenía mucho tiempo para buscarlo).

Por cierto, el Golden Gate es el estrecho que da acceso a la bahía de San Francisco, no el puente. el puente se llama Golden Gate Bridge. Además, este tipo de puentes son puentes colgantes; lo que hay en Portugalete es un puente transbordador.

Las Colinas
El segundo, el Miércoles, los del albergue organizaban un tour para ver las tres colinas principales de San Francisco, Nob Hill, Russian Hill y Telegraph Hill, pasando por North Beach (el barrio italiano) y Chinatown. Eso de ir con un guía está muy bien, porque como sabe las cosas interesantes no das mil vueltas y no recorres calles que no tienen nada digno de ver y que no llevan a ninguna parte.
Lo más curioso de esta zona es una carretera que baja una colina haciendo eses. Que sepáis que cualquier coche que veais bajando por ahí es de turistas. También es curioso que en Telegraph Hill hay una estatua a Cristobal Colón. ¿Por qué? Pues porque alguien pagó por ponerla. En esta misma colina, Telegraph Hill había unas casas muy bonitas, pero a las que solo se puede acceder a pie. Tiene que ser entretenido mudarse a una casa de esas, sobre todo al subir la lavadora. Como decía el guía, una zona bonita para visitar, no para vivir.
El Fihserman's Wharf
Después del paseo por las colinas quería ir a Alcatraz, pero como no quedaban entradas para ese día pues hice una visita al muelle 39, el muelle del pescador. Hubo un lugareño que reformó el muelle para ponerle un montón de tiendas de recuerdos y bares, en incluso le puso un tío-vivo para los niños. Bastante orientado para turistas.
Al lado de este muelle hay unas barcazas en las que se amontonan focas y leones marinos. Lo que no entiendo es porque teniendo un montón de barcazas están todas en la misma, aplastándose unas a otras, con los consiguientes enfados y mordiscos...
Alcatraz
El Jueves hice una visita a Alcatraz. Yo quería haber hecho la visita nocturna, pero no había plazas hasta una semana después, así que me conforme con la visita diurna. Es recomendable reservar, porque se agotan las entradas enseguida.
Lo bueno de la visita a Alcatraz es que te dan una audio-guía que te va contando las batallitas de la cárcel; no son tan entretenidas como mi blog, pero merecen la pena. Según te explican nadie se escapó nunca, aunque hubo varios intentos. Pero si lees la letra pequeña te das cuenta que en uno de los intentos hubo tres personas a las que no se les volvió a ver nunca. La versión oficial es que se ahogaron en las aguas de la bahía, pero claro, qué te van a decir...
Cuando volvíamos en el barquito llegaron los cazas para bombardear la isla y así evitar que se extendiese el virus. Menos mal que los buenos hicieron su trabajo y no hubo necesidad de bombardear nada...
El otro puente
Lo que es menos conocido es que en San Francisco hay otro puente además del golden Gate Brtidge, más largo (aunque en dos tramos más cortos) y más alto que une la ciudad con el este de la bahía (donde está Oakland y Berkeley). Lo que pasa que la construcción de este puente tubo menos mérito. Sin embargo cuando cruzas este puente se ven unas vistas espectaculares de la ciudad. Yo tuve la ocasión de verlas al atardecer y de noche. Además en medio de este puente hay una isla, y un conductor simpático tubo la amabilidad de hacer una parada para que sacásemos unas fotos.
Berkeley
Había dos universidades a las que tenía especial interés en visitar. Una era el MIT, cerca de Bostón y otra era Berkeley. El MIT, que es la Universiad número uno en temas de Ingeniería (por lo menos Informática), me lo perdí porque no pasé por Boston. Berkeley queriá visitarla porque también es bastante famosa en temas de infórmática. De hecho tienen un sistema operativo (BSD) y un tipo de licencia (BSD license) que es prácticamente equivalente al dominio público. Luego en la visita guiada me he enterado de que es la segunda universidad del país en temas de ingeniería.

Para visitar este campus me he informado un poco mejor y me he enterado de que hacen visitas guiadas. Al preguntar en el centro de información de la universidad me han dicho que estaban más orientadas a futuros alumnos y que no creía que me interesase, pero que si quería me podía quedar y en cualquier momento me podía escabullir si quería. No sé que buscará esta chica en las visitas guiadas, porque ha sidyo aquí esperaba encontrar un peluche de Beastie,el demonio rojo de BSD (no confundir con el del moño rojo), pero no ha habido suertey todos eran de ositos, el animal de la universidad. Seguiré buscando un peluche de Beastie o de Tux. Eso sí, uno de los dependientes estaba vestido de Spiderman Black. Al principio he pensado que ya tenía especímen para el friki de la semana, pero luego he caído en la cuenta de que estamos cerca de Halloween, y poco a poco iba viendo a más gente disfrazada.
Al final lo mejor del campus es la torre Campanila. Esta torre no se llama así, pero como es una replica de la torre de Venecia pues le llaman con el mismo nombre. Subir a lo alto cuesta dolares, y de ahí se puede ver san Francisco y el Golden Gate Bridge. De hecho hay una ley que impide que ningún nuevo edificio bloquee esta vista. esta torre tiene un montón de campanas y además de dar las horas, todos los días a las 12:00 y a las 18:00 dan un concierto; si tienes suerte te toca una canción conocida.

La calle del telegrafo de Berkeley, al lado del campus también es muy curiosa. al principio la proximidad de Halloween no me dejaba ver la realidad, pero poco a poco he ido viendo la luz. Esa gente no estaba disfrazada; van así todo el año. Al parecer en los 60 hubo una serie de protestas en la universidad para mantener la libertad de expresión, y parte de esa gente se quedó por la zona. Estaba llena de hippies y punkis. o. Otra consecuencia de las manifestaciones estas es que las puertas de los edificios administrativos no tienen más que una sola manilla. Al parecer en las protestas se encadenaron a la casa del rector impidiendole salir y no quieren que eso vuelva a pasar.

Yosemite
El penúltimo día lo reservé para visitar el Parque Nacional de Yosemite. Era una excursión de un día, cuatro horas ir, cautro volver y tres en el parque. Encima había anunciado lluvía, aunque tuve suerte y casi no llovió. La excursión era de esas que te paran en un sitio, te dan 20 minutos para hacer la foto y sigues al siguiente punto. De hecho la excursión se limitó al Yosemite Valley y a una arboleda de secuoyas gigantes.

En el valle vimos el Capitán, una roca muy famosa entre los escaladores, las Yosemite Falls, que creo que son las más altas de Estados Unidos, aunque hacen trampa, porque tienen una parada en la mitad, y en teoría teníamos que haber visto el Half Dom, otra roca con forma de media cúpula, pero como estaba nublado pues no pudimos. El valle en general merece la pena, aunque unas horas más para pasear no hubiesen venido mal.
Después de comer fuimos a ver las secuoyas gigantes. Para llegar a ellas había que andar unos veinte minutos, y el conductor avisó que no era como los paseos que habíamos hecho hasta ahora. Así que hubo gente que no bajo (supongo que la lluvia contribuiría a quitar las ganas). Yo le pregunté al de detrás mío si iba a ir y me dijo, cogiéndose su tripa cervecera, que no podía. Así está, si no anda... Las secuoyas están valladas, porque pisar encima de las raíces es malo para su desarrollo. Pero había una que estaba al lado del camino y se podía tocar; tienen una corteza que parece de esponja y que utilizan para defenderse del fuego porque estos arbolitos necesitan fuego para sobrevivir. Por una parte el fuego calienta las piñas de las secuoyas para que se abran y salgan las semillas, y por otra parte el fuego elimina a la competencia. De hecho, cuando empezaron a proteger estas plantas, se centraban mucho en combatir el fuego y casi la lían del todo. De todas formas creo que en Vitoria hay una en el parque vietnamita, al lado de Ursulinas, así que no hace falta que vayáis hasta California para ver una.

La gente
En San Francisco estuve en un albergue de la cadena HI; estos son en los que te sirve el carné de alberguista, así que me ha servido para amortizarlo. Después de una semana durmiendo solo, se me acabó el chollo y tuve que volver a compartir habitación; por lo menos solo eran habitaciones de dos literas.
Cuando llegué había un noruego en la habitación navegando con su portátil. Al principio me pareció un poco raro, porque teniendo la sala común no entendía que hacía en la habitación. Luego pude comprobar que no era muy sociable; tras la típica conversación de introducción se fue de la habitación sin decir ni un simple adiós. De todas formas luego estuve pensando y tampoco es tan mala estar en la habitación, porque sino el único contacto que tienes con los compañeros de cuarto es de casualidad. Así es más fácil forzar encuentros... El último día intenté esto y coincidí con la señora de la limpieza y un chino que fue a arreglar el lavabo... Creo que seguiré frecuentando la sala común.
El segundo habitante del cuarto era otro noruego. aunque afortunadamente este era más sociable. El tipo este era un escalador que estaba con su novia pasando un par de días en La Ciudad antes de ir a Yosemite a escalar. Este es el que me recomendó ir a Alcatraz, porque no tenía mucha intención de ir.
Con el resto de compañeros de cuarto no tuve mucho contacto. Tenían unos horarios no compatibles con los míos. Uno de estos dormía en la cama de arriba de mi litera. El tío se movía tanto que una noche me levanté para ver si realmente estaba solo o sí había dos personas...
Lo bueno de los HI es que organizan actividades. Ya he contado lo del tour por las colinas, así que aquí contaré lo de la tarde del queso y del vino del viernes por la tarde. Esto consistía en poner unas botellitas de vino y un par de pedazos de queso en la sala común. Yo no me apunté, pero me cuadro que seguía cuando llegué al albergue, así que me uní a la fiestecilla. Es por esto por lo que el post de Portland llegó un día más tarde. Entre vino y queso conocí a Frederic, un alemán que estaba haciendo lo mismo que yo peor al revés. No es que fuese haciendo el pino o andando a lo Moonwalker , sino que él iba de la costa oeste a la este, de San Francisco a Nueva York. También había unos suecos haciendo una este-oeste, pero mezclando coche con tren y un bostoniano que estaba de visita en San Francisco. Al final se fueron todos a tomar algo a un bar; yo, como no me garantizaban que aguantasen hasta las 6, que era cuando me pasaba a buscar el autobús a Yosemite, me fui a la cama como un niño formal.

El último día coincidí con Frederic en el desayuno y nos fuimos juntos a visitar el museo del cómic y luego el de arte moderno de San Francisco. El del cómic se me hizo un poco escaso, casi estaba mejor la tienda del museo que el museo en sí. Del museo de arte moderno me fui y le dejé a Frederic, que se le veía más interesado.

Por la tarde fuimos a una reunión de "los amigos de Europa en la bahía de (San Francisco)". Llegabas a un bar y pagando un dolar te daban una pegatina con tu bandera donde ponías tu nombre. Luego empezabas a hablar con gente de distintos países. Yo creo que esto empezaría como un intercambio de idiomas y luego creció hasta formar una red social presencial. Era curioso como cuando coincidías por segunda vez con alguien le oías contando la misma historia que habías oído minutos antes; el guión de la conversación era estándar: "Veo que eres de tal país. Qué haces en San Francisco y cuanto tiempo llevas aquí...".

Por aquí había un francés (David) que llevaba dos años trabajando en el valle. él llegó porque su empresa se mudó allí, pero luego no se cambió de trabajo un par de veces. Como están escasos de ingenieros de software no es complicado. Me contó que se ganaba bastante bien, pero que como la vda en San Francisco era cara y había que pagarse seguros médicos y tal, al final no salía mucho mejor que un sueldo en Francia. Su idea era estar un par de años más y volver a Francia, aunque fuese con un sueldo de algo más de la mitad, que le compensaba. También había un suizo que se emocionó con las cervezas y ya empezaba con los cocktails. La verdad es que no sé muy bien a que se dedicaba...

Al final terminamos el alemán (Frederic), el francés, el suizo y yo. Parecía un chiste, pero perdió la gracia cuando me fui a coger el autobús.

Lo bueno
Si en la costa este está Nueva York, en la costa Oeste está San Francisco. No son ciudades que se puedan comparar, ya que cada una tiene su estilo. Por algo son las dos ciudades más caras del país (aunque eso no es lo bueno).

Lo malo
A pesar de haber estado en EE.UU. durante Halloween no he podido disfrutar de esta fiesta. El viernes no pude porque al día siguiente tenía que madrugar para ir a Yosemite, el sábado porque cuando llegué de Yosemite no tenía muchas ganas de salir y el Domingo, que es cuando realmente debería celebrarse Halloween estaba en un autobús de camino a Los Ángeles. Además tampoco tenía disfraz. De todas formas si tuve la oportunidad de ver algunas casas decoradas para tal evento; la verdad es que se lo curran.


Me quedo con el consuelo de que no deja de ser unos carnavales en octubre.

Lo que he aprendido
San Francisco era poco más que un pueblo hasta que en 1948 se descubrió oro en la región. Con la fiebre del oro, la ciudad sufrió un crecimiento brutal en 1949, pasando de 100 habitantes a 25000. Como ese año es bastante significativo para la ciudad, los habitantes de la ciudad reciben el nombre de los 49ers (forty-niners o cuarentaynueveanos). Es por esto que el equipo de fútbol de la ciudad se llama los San Francisco 49ers.

El personaje más friki.
San Francisco es la ciudad de Estados Unidos con más indigentes por habitante. Después de haber estado en Portland me resultaba un poco difícil de creer, porque si en Portland estaban todos, no podía quedar ninguno en san Francisco. Sin embargo en el autobús encontré la respuesta. Conmigo viajaban dos sin-techo. Parecían mochileros, pero con ropas más andrajosas, la cara sucia y olían mal (aunque supongo que cuando llegamos a San Francisco, tras dieciocho horas de viaje ya no era una diferencia significativa).
Yo creo que esta gente se queda en San Francisco durante el invierno porque la ciudad es bonita, no hace mucho frío y hace sol. sin embargo en verano, cuando empieza a hacer frío se cogen un autobús a Portland, ya que tal y como comenté en verano casi no llueve en esa ciudad. Pero es solo una teoría...

Miscelánea
Agradecimientos y disculpas
Ya he contado en alguna ocasión como los estadounidenses agradecen de una forma muy efusiva todo. También piden perdón constantemente; a nada que te rocen ya están pidiendo disculpas. Si les dejas pasar te hacen saber lo mucho que lo agradecen. De hecho muchas veces llega a parecer poco natural, algo forzado, como si tuviesen una instrucción grabada en el fondo de sus mentes que dice que cuando te devuelven el clinex que se te acaba de caer tienes que sonreir y agradecer con la misma efusividad o más que si te estuviesen administrando el antídoto contra un vírus malo malísimo que está diezmando la población mundia. Tienen tan asimilado este comoprtamiento que una vez vi a una chica tropezarse con una silla, mirar a la silla horrorizada y pedirle perdón.
Esto realmente pasó en Salt Lake City, con una de las hermanas, pero me acordé tras una conversación con Maider.

Ubicación
Con este post se termina mi viaje por Estados Unidos. De San Francisco me fui directo al aeropuerto de Los Ángeles para coger el avión a México, a dónde llegué el 1 de Noviembre. Ahora estoy en Celaya, pero eso ya es otro post...se termina mi viaje por Estados Unidos.